viernes, 20 de enero de 2017

BREVE HISTORIA DE LA BIOMEDICINA

En la comunidad primitiva, se elaboró la primera interpretación de la enfermedad y con ella nació la medicina como conocimiento y la figura social del médico. La doctrina científica de la enfermedad, creación griega, se inició en la obra del filósofo y médico presocrático Alcmeón de Crotona. La doctrina griega de la enfermedad experimentó diversas vicisitudes en un período aproximado de seis centurias antes de ser reafirmada por Galeno. El criterio médico galénico se mantuvo vigente durante cientos de años.
Durante los primeros siglos medievales se redujeron la actividad cultural y científica y con ello el estudio y la práctica de la medicina.

La medicina europea comenzó como medicina monástica. El enriquecimiento de los conocimientos médicos en la Europa Cristiana por obra de las traducciones de los textos árabes y de la creación de las universidades, motivó una profunda transformación de la medicina europea.
La historia de la medicina europea occidental nació con la etapa renancentista que corresponde a la fase de transición entre la medicina medieval y la propiamente moderna; en su transcurso coexistieron la doctrina médica tradicional

La medicina clínica se enriqueció en el siglo XVI con un buen número de conocimientos concretos: por ejemplo, el de enfermedades tales como la sífilis, la difteria, etc. El siglo XVII es testigo del nacimiento de las revistas científicas.
La medicina clínica experimenta desde los mismos comienzos del siglo XIX un rápido desarrollo, una casi total transformación nacida de las concepciones anátomo-clínica, fisiopatológica y etiopatológica de la enfermedad que en ese momento se formulaban y motivado, también, por un acentuado proceso de tecnificación del quehacer médico. Surgieron así la auscultación mediata, varias formas de endocopias, la electrocardiografía, las pruebas funcionales, los medios diagnósticos de laboratorio, etcétera.

La lucha social contra la enfermedad se orienta hoy claramente al logro de una medicina preventiva que pretende evitar la aparición de la enfermedad.La prevención y curación de las enfermedades del hombre, objeto de la medicina, precisa para su real eficacia de la coordinación de todas aquellas disciplinas que tienen implicaciones en los tres procesos básicos sobre los que se orienta el que hacer médico de cada día, a saber, el diagnóstico, el reconocimiento de un agente o factor como causa del estado morboso y, por último, el terapéutico.»
Los adelantos de la ciencia biológica y los desarrollos tecnológicos constituyen la base del progreso médico durante los últimos 50 años, en los que ha avanzado la capacidad del médico para intervenir en las enfermedades. Gran parte de este progreso se produce en las ciencias básicas.
El carácter actual biocientífico de la práctica médica tiene un desarrollo relativamente nuevo. Durante la mayor parte de la historia registrada, la medicina era todo menos científica, dominada por el empirismo y encadenada por dogmas.

A comienzos del siglo XIX, empezaron a aparecer precursores del cambio cuando se aplicaron a la medicina los nuevos principios de la física y la química; los fisiólogos insistieron en las funciones de los órganos y tejidos, los patólogos en el estudio crítico de los tejidos normales y patológicos y en las correlaciones entre la enfermedad y las observaciones anatómicas precisas; los bacteriólogos comenzaron a identificar los microorganismos de enfermedades determinadas: el bacilo del ántrax en el carbunco, el bacilo tuberculoso en la consunción, etc.
Las principales contribuciones eran diagnósticas, pronósticas y de sostén.
Poco a poco aparecieron tratamientos particulares, la insulina para la diabetes, el extracto de hígado para la anemia perniciosa. Pero fue en el decenio de 1935 a 1945 que la aparición de las sulfamidas y de la penicilina en la medicina clínica permitió curar un número muy elevado de enfermedades que hasta entonces no tenían terapéutica o eran mortales.  La medicina no es sólo una rama de la biología aplicada, pues supone también muchos aspectos de la psicología, de la sociología, de la antropología y de la economía.

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